jueves, 14 de noviembre de 2013

EL BOSQUE EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA: INTRODUCCIÓN



El Bosque era en aquellos tiempos una pequeña población de 1424 habitantes perteneciente al Reino de Granada. Administrativamente dependíamos de las llamadas Cuatro Villas: Grazalema, Villaluenga, Benaocaz y Ubrique. Todo el territorio que abarcaban estas cuatro villas era una posesión de la Casa Ducal de Arcos de la Frontera, aunque tras morir sin descendencia el duque Antonio Ponce de León, pasó a la jurisdicción de la Casa de Osuna, regentada entonces por la prima del duque fallecido, doña María Josefa Alonso Pimentel Téllez Girón, condesa de Benavente y duquesa de Osuna.
Duquesa de Osuna
Hasta nuestro pueblo, aunque con retraso, llegaban noticias de lo que estaba pasando en España: sabíamos que la entrada el día 18 de octubre de 1807 de las tropas de Napoleón Bonaparte camino de Portugal para hacerse con el control de este país, había terminado convirtiéndose en la invasión de nuestra nación y que nuestro legítimo rey  había sido sustituido por José I, hermano del autoproclamado emperador, Napoleón Bonaparte. Pero todo esto nos quedaba muy lejos todavía y eso nos permitía seguir con nuestra vida cotidiana como si no pasara nada, máxime cuando nos llegó la buena nueva de que el ejército español había derrotado al francés en la batalla de Bailén, lo que mantuvo a los invasores fuera de Andalucía, lejos de nuestra serranía.


Escena de la batalla de Bailén

Dos años después de la batalla de Bailén, las buenas noticias dieron paso a los malos augurios: el ejército español había sido derrotado en Ocaña y posteriormente, el día 20 de enero de 1810, en Sierra Morena, concretamente en Las Navas de Tolosa, fue prácticamente aniquilado, por lo que ya nada impedía a los tropas napoleónicas penetrar en Andalucía y ocupar sus principales ciudades.

(continuará)


martes, 12 de noviembre de 2013

LA LLEGADA DE LAS TROPAS FRANCESAS


Un sentimiento de incertidumbre y miedo, aunque también de decisión de resistencia, se apoderó de nuestros corazones. Muy pronto las botas invasoras pisarían nuestra serranía, la Serranía de Ronda, y no tardarían en pasar por El Bosque camino de otros puntos estratégicos más importantes, como Ubrique, Grazalema, Ronda o Jimena de la Frontera. Poco antes de que esto sucediese, nuestro alcaide, Rafael del Cuervo Jiménez, nos había reunido a los vecinos para animarnos a organizar la resistencia contra los franceses, de manera que el día 12 de febrero de aquel año de 1810, un puñado de bosqueños encabezados por él mismo, le preparamos una emboscada a una tropa francesa compuesta por 35 soldados que por aquí pasaba.



Les atacamos en un paraje situado entre El Bosque y Benamahoma y les causamos varias bajas. Fuimos los primeros de toda la Serranía en levantarnos contra los gabachos y eso nos convirtió también en la primera población serrana que sufrió la represalia del ejército francés, que al día siguiente de nuestra emboscada, se tomó venganza saqueando y quemando una parte de nuestro pueblo.

Plano de El Bosque en 1752. Catastro del Marqués de Ensenada
(Ilustración facilitada por Jesús Román)

No solo nos quemaron muchas casas y nos robaron todo lo que de valor teníamos, sino que una parte de la tropa quedó aquí para someternos a su control; además nos impusieron la obligación de suministrarles los víveres necesarios para su manutención, a pesar de que la economía del pueblo estaba tan maltrecha que apenas daba para nosotros. El administrador de la duquesa, José Leandro Sanz, colaboró con los franceses y, sabiendo que las necesidades de las tropas galas acuarteladas en el pueblo eran muy superiores a lo que el pueblo podía proporcionarles, dirigió un escrito a las autoridades del vecino pueblo de Benaocaz exigiéndoles que suministraran 200 fanegas de trigo y cebada, 60 gallinas, un canasto grande de huevos, vino bueno y aguardiente, bajo amenaza de que de no hacerlo, los soldados franceses pasarían por allí para recoger esos víveres.


(Continuará)

lunes, 11 de noviembre de 2013

EL REY JOSÉ I, EN EL BOSQUE


Como los suministros pedidos al pueblo de Benaocaz no llegaban, un nuevo escrito firmado esta vez por el comandante francés, fue dirigido a las autoridades benaocazeñas. Yo tuve que hacer de correo en esta ocasión. Entregué la carta a un alguacil del pueblo y esperé la respuesta. Las autoridades de Benaocaz respondieron que no podían aportar todo lo que se les pedía porque no tenían y además estaban también suministrando comida a las tropas francesas asentadas en Arcos. Esto no fue excusa suficiente para que el día 26 de febrero recibieran un nuevo pedido de 30 fanegas de trigo y 40 arrobas de vino para las tropas imperiales que pronto llegarían a El Bosque escoltando al rey José I. 

Fachada del actual Ayuntamiento de Benaocaz
El rey, que ya era conocido por todos como Pepe Botella, llegó a Arcos desde Jerez el día 26 de febrero y en Arcos pasó la noche del 26 al 27. La mañana del día 27 emprendió camino hacia El Bosque. Aquí lo recibimos de manera muy diferente a como lo habían hecho en otros lugares de Andalucía: a su llegada, el pueblo estaba desierto, sin adorno alguno que agasajase al ilustre personaje que para nosotros solo era un usurpador; nadie salió a la calle a recibirle y muchos nos habíamos refugiado en el Monte Albarracín por miedo a que las tropas que llegaban volviesen a tomar represalias contra nosotros. La comitiva real pasó la noche en El Bosque y al día siguiente continuó hacia Zahara y Ronda.


Desde el día en que vinieron a vengarse de nosotros por habernos levantado contra ellas, tropas francesas permanecieron en nuestro pueblo hasta el 9 de marzo, fecha en que una partida de guerrilleros dirigida por Andrés Ortiz de Zárate, a quien se le conocía con el sobrenombre de El Pastor, nos liberó de la ocupación francesa. Pero este personaje merece capítulo aparte.

Pepe Benítez representando
 a Andrés Ortiz de Zárate, "El Pastor",

en nuestra recreación histórica.


(continuará)